jueves, 4 de mayo de 2017

A 35 años que los ingleses se dieran cuenta que "el inundible" no era tal

El hundimiento del destructor británico Sheffield, por la aviación naval argentina






El ataque que marcó un hito en la historia de la aeronáutica de combate y significó el primer costo humano de la guerra para Margaret Thatcher.
Menos de 48 horas después de que la armada británica atacara y hundiera el crucero ARA General Belgrano causando 323 muertes, la aviación naval argentina asestó uno de los más duros golpes a la flota inglesa durante la guerra de las Malvinas.
Fue el 4 de mayo de 1982, cuando dos Súper-Etendard armados cada uno con un misil Exocet despegaron desde Río Grande, y se lanzaron sobre blancos detectados durante las primeras horas del día. El entonces moderno destructor HMS Sheffield era uno de los objetivos.
Las negociaciones agonizaban. Argentina estaba a punto de aceptar la mediación de Naciones Unidas y consideraba también la propuesta de paz del presidente peruano Fernando Belaúnde Terry, más aún cuando fue evidente que Estados Unidos no era neutral en el conflicto sino un aliado de Gran Bretaña, su socio más importante en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Los británicos boicotearon cualquier iniciativa pacífica que pusiera en riesgo sus posibilidades de éxito alrededor de la posesión y administración del archipiélago y precipitó el desencadenamiento definitivo de la guerra.
Lo hizo con los bombardeos aéreos del 1° de ese mes sobre Puerto Argentino, la capital de las islas, y horas después con el ataque al Belgrano, que navegaba incluso fuera de la zona de exclusión ,200 millas náuticas o 370 kilómetros alrededor de las Malvinas, marcada unilateralmente por el gobierno de Margaret Thatcher el 30 de abril.
A las 9.15 de la mañana del 4 de mayo, aviones de reconocimiento Neptune argentinos detectaron con sus radares a un grupo de barcos ingleses tipo 42 , clase de destructores lanzamisiles que fueron concebidos en los ´60, como defensa aérea de la flota por medio de un complejo sistema electrónico de radares y misiles Sea-Dart. Navegaban a unos 180 kilómetros al sudeste de Puerto Argentino.
Esos buques estaban preparados para defender de posibles ataques aéreos argentinos a los portaaviones ingleses, que se habían acercado para tratar, con sus Harrier, de atraer al combate a nuestros aviones con el propósito de desgastar la defensa de las islas. Además, en esa misma jornada, los Harrier bombardearían a nuestras tropas en Darwin.
Media hora después de que los barcos ingleses fueron detectados, dos grises azulados Súper-Etendard de la 2ª Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, de la Armada Argentina, despegaron de Río Grande, cada uno con un misil AM 39 Exocet debajo de su ala derecha , en la otra, llevaban un tanque de combustible suplementario.
Estas aeronaves, de las más modernas de la época y fabricadas por Dassault-Breguet, habían sido recientemente adquiridas a Francia, en un pedido que comprendía un total de 14 unidades y la misma cantidad de misiles AM 39 Exocet. Todo era tecnología nueva para la Armada Argentina, así que estaba escasamente probada. Todo se estaba aprendiendo.
Para el inicio de la guerra de las Malvinas, de esas 14 máquinas, Francia sólo había entregado a nuestro país cinco y el mismo número de Exocet; también y presionada por Gran Bretaña, Francia limitó la capacitación a nuestros técnicos sobre la utilización del poderoso misil, que en definitiva sería utilizado por primera vez en combate en el mundo a través de la misión de los Súper-Etendard argentinos ese 4 de mayo.
Fue notable el esfuerzo de quienes debieron alistar todo. Y aunque el sentimiento de venganza era ajeno a la formación católica del personal, dicen que con un fibrón escribieron en los Exocet que colocaron en los aviones: “Por el Belgrano”.
En una maniobra de combate que la Armada Argentina había practicado varias veces, incluso usando como blancos el mismo tipo de barcos al que atacarían , nuestro país disponía de un par de naves gemelas a las enemigas, los pilotos, el Capitán de navío Augusto Bedacarratz –pampeano, de entonces 39 años-, y el Teniente de fragata Armando Mayora -31 años, de Capital Federal-, volaron rumbo a los barcos enemigos con mal tiempo y a no más de 30 metros sobre el mar, para evitar ser detectados por sus radares. Y fue justamente el mal tiempo lo que hizo que los aviones ingleses no volaran y los interceptaran.
Después de ser reabastecidos en vuelo por Hércules K130 de la Fuerza Aérea Argentina, los Súper-Etendard se acercaron hasta 40 kilómetros de los buques (la distancia entre Córdoba y Carlos Paz); y una vez que los pilotos proveyeron a los Exocet de la información electrónica de coordenadas de los blancos provista por los propios radares, los lanzaron.
Eran las 12.04 de aquel 4 de mayo del ´82. Inmediatamente, completaron una maniobra de repliegue y retornaron a su base. Los pilotos nunca vieron a los barcos; sólo fueron marcas en sus radares. Y recién horas después, cuando desde Gran Bretaña se difundió la noticia, supieron que el Sheffield había sido alcanzando.
Desde que fueron lanzados los misiles hasta que estos llegaron a donde navegaban los barcos, pasaron 60 segundos.
Recién en los últimos cinco segundos y después de que el propio radar del Sheffield falló en detectar el ataque, los mismos tripulantes del destructor británico vieron cómo se les acercaba uno de los dos proyectiles, que dio en el medio del buque, provocando 44 bajas (20 muertos y 24 heridos); un costo humano que, tanto Thatcher como los atacantes, lamentarían.
Los hechos dejaron en evidencia dos cosas: la fragilidad del sistema de defensa de la flota inglesa ante la aviación argentina y el heroísmo de nuestros pilotos, junto con el loable trabajo de ingenieros, técnicos y mecánicos.
Los otros barcos que acompañaban al Sheffield ayudaron con sus helicópteros en las tareas de rescate del resto de la tripulación, que recibió de su capitán la orden de abandonarlo, después de que se quedara sin comunicaciones y sin energía.
El Sheffield fue el primer barco que Gran Bretaña perdió después de la Segunda Guerra.
El otro misil había seguido de largo y se perdió en el mar. Varios días después, cuando era remolcado para su eventual reparación, el Sheffield se hundió en las heladas aguas del Atlántico Sur, durante aquel trágico otoño de la guerra.
Veteranos de la Guerra de Malvinas recordaron el hundimiento del buque destructor inglés "Sheffield", ocurrido hace 35 años, fecha elegida para celebrar el día de la aviación naval argentina, que este año celebra su centenario.
El 11 de febrero de 1916 y a raíz de la gesta bélica que supuso el hundimiento del Sheffield, el 4 de mayo de 1982, durante la Guerra de Malvinas, se resolvió elegir ese día como el "Día de la Aviación Naval"

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  El 7 de marzo de 1965 nacía, en Tucumán, el Héroe Néstor Daniel Corvalán. Caído durante el Conflicto del Atlántico Sur de 1982.